Tenemos la esperanza de que Dios es fiel y cumple siempre sus promesas. Si Dios vive en nosotros, seremos de Él para siempre y daremos fruto a su tiempo. Si nuestra raíz permanece firme en la fe, Dios nos renueva después de la tormenta.
Después de las aventuras que pasamos, todas las decisiones importantes, las piedras en el camino, y el proceso de restauración, Dios comienza a usarlo todo para bendecirnos y usarnos. Si amamos a Dios, todo obra para bien.

José es un gran ejemplo de perseverancia, lealtad y perdón. Después de que sus hermanos lo vendieron y le hicieron pasar por muerto ante su padre, llegó a una tierra desconocida. En este lugar fue acusado falsamente, humillado y abandonado en una prisión. Pero fue ahí, en medio del sufrimiento, que Dios fue su ayuda. Dios lo rescató y lo puso en lugares de honra. Después de muchos años de sufrimiento y emociones reprimidas, José se reunió con sus hermanos, esos hermanos que lo habían maltratado y humillado hasta el punto de fingir su muerte y venderlo como esclavo. Pero José entendió en su corazón que Dios estaba con él siempre, así que sus palabras exactas para sus hermanos fueron estas: «Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente.» Génesis 50:20
Después de una historia muy larga y dolorosa, los sueños de José se cumplieron. Muy probablemente pensó que esos sueños no se harían realidad. En algún momento llegó a pensar que nunca más podría ver a su familia. Pero Dios cumplió su propósito en él y a través de él. Muchas personas, incluida su familia, pudieron disfrutar de la provisión de Dios gracias a su perseverancia y esfuerzo.
Hay algunos procesos más largos que otros, algunos son más dolorosos también; pero la realidad es que con Dios podemos disfrutar un cierre inesperado, un final que supera nuestras expectativas. Dios es poderoso y fiel para transformar el mal, en oportunidades de bendición y bienestar.
Por otro lado tenemos a Ester. Una mujer que también tuvo un camino largo. Ella perdió a sus padres de pequeña, sufrió de un cautiverio indignante y doloroso, fue llevada a un palacio con gente y tradiciones desconocidas, y finalmente arriesgó su propia vida para salvar la de su pueblo. Pero antes de llegar a tomar esa decisión, su tío Mardoqueo le dijo: «Si ahora te quedas absolutamente callada, de otra parte vendrán el alivio y la liberación para los judíos, pero tú y la familia de tu padre perecerán. ¡Quién sabe si no has llegado al trono precisamente para un momento como este!» Esther 4:14 Ester fue arriesgada, lo apostó todo con tal de librar a su gente. Después de noches sin dormir, planes en su mente y mucho temor; Dios cumplió su propósito en la vida de Ester. Nuevamente vemos una persona con una historia muy complicada, pero que finalmente logra ver el cumplimiento de ese propósito por el cual fue creada. Ester vio una recompensa a esos días y noches sin dormir, ese tiempo de preparación y de ayuno. Ese tiempo dedicado a crear una estrategia para lograr su objetivo. Dios trajo liberación al pueblo de Israel a través de la valentía de esta mujer. Una mujer que después de un camino difícil, ahora tenía una vida estable y cómoda. Pero a pesar de eso, se arriesgó para salvar a muchos.
Dios es quien recompensa nuestra labor, a veces mucho después del tiempo que quisiéramos; pero Él lo hace. Puede parecer en ocasiones que estamos trabajando en vano, que nos estamos desgastando y agotando nuestros recursos sin recibir nada a cambio. Así como Ester vio la recompensa a su servicio a Dios, podemos estar seguros de que veremos la recompensa a nuestra labor. Cuando decidimos obedecer a Dios, y esforzarnos por cumplir su voluntad, Él es fiel para completar y perfeccionar la obra.
En Jesús vemos el mejor ejemplo del cumplimiento de la promesa. Desde el principio de la Biblia encontramos cómo Dios tiene un plan de redención para sus hijos e hijas. A través del Antiguo Testamento vemos la necesidad urgente de un Salvador, alguien que viniera a rescatarnos del pecado y sus consecuencias. Después, en el Nuevo Testamento podemos encontrar todas esas profecías cumplidas, esas palabras del Antiguo Testamento que hablaban sobre la esperanza en alguien especial: Jesús, el Salvador del mundo. Después de tantos años, muchos profetas, falsas alarmas y una gran espera... llegó el Príncipe de paz, con poder y autoridad de rescatarnos para siempre del pecado y darnos redención y vida eterna.
En Jesús encontramos el cumplimiento de la promesa, en Él aprendemos que Dios es fiel y que sus planes siempre serán de bien y no de mal para los que esperamos en Él. Muchas personas dudaron, y dudan hasta el día de hoy que Jesús realmente es el Hijo de Dios, nuestro Salvador. Fueron tantos años de espera, que muchos no creían en esta promesa cumplida. Pero Dios, en su misericordia, nos muestra una y otra vez que su amor hacia nosotros se reflejó en el sacrificio de Jesucristo en esa cruz. Dios puede usar nuestro pasado para hacer grandes cosas. Cada momento, ya sea triste o feliz, puede ayudarnos para cumplir el propósito de Dios en este mundo. Cada añadidura en tu historia puede ser clave para el cumplimiento de las promesas de Dios.
A veces creemos que Dios interviene en nuestras vidas, e incluso pareciera que interrumpe nuestros planes. Pero en realidad son oportunidades para cambiar de rumbo, y seguir adelante hacia su propósito.
Los propósitos de Dios pueden parecer complicados, pero sus promesas siempre se llevan a cabo. Él obra de maneras diferentes, pero aún en tiempos difíciles Él nos redime; a su manera y a su tiempo.
La obediencia a Dios es una expresión de nuestro amor a Él. Una confianza plena en aquello que no vemos. Por eso se llama fe, porque tenemos certeza en lo que pareciera ser invisible o incluso imposible.
«Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza en él.» Jeremías 17:7
Tal vez sientas que no tienes mucho que dar, que hay alguien mejor que tú, o que tu pasado es tan fuerte que no te permitirá avanzar. Pero hoy quiero decirte que esos mensajes que el enemigo ha plantado en tu corazón, pueden ser borrados de tu mente y corazón, si aceptas la gracia y el amor de Dios en tu vida.
«Dios hace que las cosas aparentemente comunes se conviertan en una belleza extraordinaria. Pero la mayor parte de la belleza de este planeta permanece imperceptible para nosotros; Dios es el único que la ve.» -Julie Ackerman Link
Cumplimos nuestro propósito cuando servimos a nuestro Creador, cuando confiamos plenamente en que Él convertirá nuestras experiencias humanas en una victoria gloriosa. El propósito se cumple cuando decidimos poner nuestra mirada en las cosas de arriba, en alguien que no podemos ver pero en quien nuestra vida está fundamentada.
Después de las aventuras que he vivido hasta ahora, puedo afirmar que Dios ha estado conmigo, y que esos capítulos obscuros en mi vida han traído frescura en otras áreas, esos huesos secos que habían en el valle, ahora viven para la gloria de Dios. Y lo más importante, que puedo caminar en su propósito sabiendo que es Él quien guía cada paso en en el camino.

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