¿Te ha pasado que quieres descansar, pero tu mente no te deja hacerlo?
Entre los pendientes que no pudimos terminar, tareas a medias, actividades empalmadas, citas en el doctor, cuentas que pagar, y deseos truncados... es difícil simplemente cerrar los ojos y descansar. A eso, podemos añadirle las preguntas existenciales que nos quitan el sueño fácilmente. ¿Existirá un trabajo mejor para mí? ¿Estoy haciendo algo significativo con mi vida? ¿Le importo a alguien? ¿Cuál es mi propósito en la vida? ¿Qué paso debo de tomar ahora?
Por esto, y muchas otras razones, es que necesitamos un Consejero... Alguien que nos guíe, nos oriente y nos escuche. Alguien que atienda nuestros más profundos pensamientos, y nos aconseje con amor.
Si bien, es importante contar con al menos una persona que cumpla esta función en nuestras vidas, no debemos olvidar el Consejero Admirable que encontramos en Jesús.
En este tiempo de Adviento, recordamos que...
"Nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz." Isaías 9:6 (NVI)
¿Recuerdas algunos de los consejos que Jesús dio durante su ministerio en la Tierra?
A una mujer adúltera que protegió de ser apedreada, le dijo: "Vete, y no peques más."
A los hombres que no dejaban que los niños y niñas se acercaran a Jesús, los exortó diciendo: "Déjenlos que vengan a mí."
A Martha, que estaba agobiada con los afanes de la vida, le dijo con amor: "Martha, Martha, estás afanada y turbada con muchas cosas, pero solo una es necesaria."
A Pedro, después de instruirle cómo pescar después de una larga noche sin lograrlo, le dijo: "No tengas miedo. De hoy en adelante, en lugar de pescar peces, voy a enseñarte a ganar seguidores para mí."
Yo estoy segura que cuando Jesús resucitó y se despedía lentamente de sus discípulos y seguidores más cercanos, muchos de ellos se preguntaban, ¿Qué voy a hacer ahora? ¿Quién me dará una palabra oportuna cuando la necesite? ¿Quién me aconsejará en momentos de duda o desesperación? ¿Quién me exhortará con amor?
Pero Jesús tenía todo bajo control. Antes de despedirse, tenía una buena noticia para todas aquellas personas que encontraron en Él un Consejero Admirable:
"Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho. La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden." Juan 14:26-27
Jesús vino a la Tierra a darnos salvación, a cumplir las promesas escritas por tantos años antes, vino a restaurar, a guiar, a rescatar a los perdidos. Jesús vino también a mostrarnos el camino al Padre, y las grandes cosas que podemos aprender y hacer con el poder del Espíritu Santo.
"Bendeciré al SEÑOR que me aconseja; en verdad, en las noches mi corazón me instruye." Salmo 16:7
Así que, hoy puedes dormir en paz, sabiendo que hay un Consejero que te escucha, te entiende, y tiene una palabra especial para ti. Solo debes confiar en esa persona, rendirlo todo ante Él, y dejar que su gran amor te instruya.
No te pierdas esta gran oportunidad de descansar plenamente en un Admirable Consejero.
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