top of page
Buscar
Foto del escritorKaren Arlene Reséndiz

Aventuras

Cuando decidimos obedecer el llamado de Dios, Él nos embarca en un viaje lleno de aventuras. En medio de cada aventura podemos ver Su mano actuando y el Espíritu Santo guiándonos en cada paso.




Abraham es conocido como el padre de la fe. Fue llamado por Dios para comenzar una nación, una generación de personas que serían conocidas como el pueblo de Dios. Dios le pidió dejar todo atrás y comenzar un viaje sin saber su lugar de destino. Abraham escuchó el llamado de Dios y tomó la decisión de obedecer. Esta decisión cambió su vida para siempre. Abraham nos ensenó a confiar en alguien que no vemos y a emprender aventuras nuevas, sabiendo que Dios está siempre con nosotros, que nunca nos dejará ni nos abandonará.


A veces nos toca emprender viajes a lo desconocido; viajes en los que ni siquiera podemos meter todas nuestras pertenencias en una maleta. Viajes en los que lo único que nos permite avanzar son las promesas de Dios. Estos viajes a lo desconocido no son fáciles, pero si Dios va de nuestro lado, serán viajes llenos de milagros, satisfacciones y promesas cumplidas. Y lo mejor de todo, es que seremos considerados amigos y amigas de Dios.


Pablo también vivió una gran aventura a lo largo de su vida. Pablo, o más bien, Saulo, perseguía a los cristianos y los llevaba a la cárcel, hasta que Jesús mismo se le apareció en uno de sus viajes de trabajo. El viaje de Pablo fue interrumpido por una escena gloriosa y al mismo tiempo aterradora. Una luz del cielo, tan fuerte que lo dejó ciego, apareció junto con una voz clara y firme. Pablo quedó ciego por un tiempo, y esperó a que Dios enviara un mensajero que le diera instrucciones específicas para comenzar una nueva profesión. Ahora su trabajo sería usar toda esa pasión con la cual perseguía a los cristianos, para predicar de Aquel a quien antes perseguía. Pablo vivió una aventura llena de viajes, enseñanzas, predicaciones, cartas y tiempos en la cárcel. Nos enseñó a gozarnos siempre, a ser siervos fieles para Dios y a ser la Iglesia de Cristo.


A veces Dios nos llama a hacer cambios drásticos en nuestra rutina y estilo de vida. Cambios que requerirán mucha valentía y sobre todo esa certeza de lo que no se ve: la fe. Esos cambios de profesión o estilo de vida tampoco son fáciles, pero nuevamente, con Dios serán maravillosos y llenos de aventuras.


Daniel y sus amigos también fueron parte de una gran aventura. Durante el cautiverio, fueron escogidos para ir al palacio y servir al rey Nabucodonosor. Desde el primer día, Daniel halló gracia ante el rey y mucha gente del palacio, pero siempre estuvo dispuesto a servir a Dios antes que a los hombres. Daniel y sus amigos decidieron hacer lo correcto siempre, aún si arriesgaban sus vidas en el intento. Dios rescató a Daniel de leones hambrientos en un foso y sus amigos también fueron rescatados por Dios de un horno ardiendo en llamas. Dios envió ángeles para rescatarlos, porque decidieron aferrarse a sus convicciones y obedecer a Dios aún fuera de su entorno y cultura. Estos hombres vivieron muchas aventuras porque confiaron en que su Dios estaba con ellos, y nunca los abandonaría. Estos cuatro hombres lograron tener éxito fuera de su casa, en un lugar donde adoraban otros dioses y donde ellos eran esclavos. Pero en ese lugar extraño, Dios les dio gracia y favor. Él los levantó como líderes importantes y les dio la valentía para permanecer firmes en su fe a pesar de los peligros que implicaba el no negarla.

En ocasiones Dios nos llama a servir fuera de casa, lejos de aquel lugar que conocemos y amamos. Pero en esos lugares donde la cultura es diferente, y las personas notan nuestras diferencias, Él puede levantarnos y hacer brillar en nosotros su luz de amor y compasión.

Si queremos servir a Dios, nuestro amor por Él tiene que ser nuestra prioridad. El tipo de amor que tenía Abraham, dispuesto a sacrificar a su hijo amado por obediencia a Dios. El tipo de amor de Pablo, quien decidió ir en contra de sus convicciones para predicar a Aquel que antes perseguía. El tipo de amor de Daniel, siempre listo para hacer lo correcto ante Dios, sin importar las consecuencias.


Dios busca hombres y mujeres de valor, dispuestos a dejar todo atrás para seguirlo. Dispuestos a amarlo sobre todas las cosas, lugares y personas.

Servir a Dios requiere grandes aventuras, una aventura que comienza con un «sí», y continúa hasta que nos encontremos con Él cara a cara. Una aventura con altas y bajas, pero con la certeza de que Dios es quien guía nuestro camino siempre.


No te pierdas la oportunidad de vivir aventuras con Dios de tu lado. Te aseguro que serán las mejores aventuras de tu vida.



99 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


bottom of page